Vol. 2. N°26 (II Semestre 2017) –Foro Científico

Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Playa Ancha

Valparaíso, Chile | e-ISSN 0718-4018 http://www.revistafaro.cl                                                             

 

La Guerra de las Malvinas a través de Para Ti: género, política y propaganda en una revista femenina (Argentina, 1982)

The Falkland War through Para Ti: gender, politics and propaganda in a feminine magazine (Argentina, 1982)


Vanessa Tessada Sepúlveda.
Universidad de Chile
vtessada@gmail.com

                                                         

 

Recibido: 30 de agosto de 2017
Aceptado: 30 de octubre de 2017

 

 

g   Resumen • El presente artículo analiza cómo la revista femenina Para Ti, editada en Argentina, aborda el conflicto de las Malvinas durante 1982. Se propone que la publicación coadyuvó a los fines propagandísticos del régimen militar al proponer una lectura desde el género femenino del conflicto bélico, a través de unos discursos que interpretaban la guerra desde los espacios tradicionalmente signados a las mujeres, especialmente, la maternidad y el cuidado. El análisis de este proceso particular permite pensar en las revistas femeninas como unos medios de comunicación masivos capaces de diluir los límites de los espacios público y privado, aunque de manera encubierta, al proponer a sus interlocutoras lecturas guiadas de la coyuntura nacional veladas por la interpretación conservadora del modelo femenino y el proyecto propio llevado adelante por la junta militar argentina desde 1976 en adelante.

g   Palabras clave   • Guerra de las Malvinas, Dictadura argentina, revistas femeninas, género, propaganda.


g   Abstract This article analyses how Para Ti, a women's magazine published during the Argentinian dictatorship, addresses the Faulkland War during 1982. We propose that this magazine helped the propagandistic objectives of the military regime, through a gender-focused interpretation of the war scenario based on a conservative view of the role of women in society, mainly related to motherhood and care. The analysis of this particular process allows us to envision women's magazines as massive communication media outlets able to subtlety cross the boundaries between the public and private spaces. In this sense, the discourses proposed to their public, functioned as a guided interpretation of the daily news through a conservative perspective of the feminine role and the military project maintained by the dictatorship.

g   Key WordsFaulklands War, Argentinian dictatorship, women's magazine, gender theory, propaganda.

1. Introducción

El 2 de abril de 1982 las fuerzas militares argentinas anunciaron con grandilocuencia la reconquista de las Islas Malvinas pertenecientes, hasta ese momento, a Reino Unido. Esta arriesgada maniobra militar que enfrentaba a un país que atravesaba una profunda recesión económica con una potencia mundial, se puede entender a la luz de los problemas internos por los que atravesaba la dictadura argentina, como su sostenida crisis económica, el descontento social y los conflictos internos en las propias fuerzas armadas (Bianchi, 2008: 690). Para Juan Carlos Torre y Liliana de Riz, el General Galtieri, (presidente de la Junta Militar en ese momento): “emprendió [esta] audaz operación con miras a apuntalar la maltrecha legitimidad del régimen y retener el poder”. (Torre y de Riz, 1991: 135)


Utilizando el argumento histórico que la ocupación británica de 1833 era ilegal como legitimación del comienzo de las acciones bélicas, los militares que atacaron las islas Malvinas esperaban desencadenar un resurgimiento del sentimiento nacionalista (ya manifestado en otras ocasiones, como el Mundial de Fútbol de 1978 y la oposición a la campaña antiargentina), cuyo fin subrepticio era desviar la atención de los graves problemas sociales que vivía el país. En esta lógica, los militares no esperaban verse envueltos en una larga guerra, al contrario, confiaron en que el conflicto armado se resolvería mediante vías diplomáticas por la presión que la comunidad internacional ejercería sobre Margaret Thatcher. Lejos de lo esperado, la intransigencia de la Primer Ministro inglés más el apoyo de su aliado histórico, Estados Unidos, hicieron que la guerra fuese inevitable (Torre y de Riz: 1991), concluyendo el 14 de junio tras la rendición de Argentina. La Guerra de las Malvinas constituyó una de las últimas apuestas de los militares por mantenerse en el poder, sin embargo paradójicamente, actuó como el catalizador de su salida.


En este clima bélico, la propaganda utilizada por parte de los medios de comunicación para lograr el apoyo de las masas tras las consignas de la dictadura, fue fundamental. Como narra Carlos Ulianovsky, la prensa periódica estuvo del lado de la junta militar, en primer lugar, por la censura ejercida desde el estamento castrense que impuso estrechos parámetros a las informaciones sobre la guerra, las cuales se monopolizaron a través del Estado Mayor Conjunto encargado de censurar las noticias y emitir las informaciones oficiales. A modo de ejemplo, es decidor exponer que, desde el 1 de mayo de 1982, a solo un mes del inicio de la guerra, se prohibiera la estancia de periodistas en las Islas. A la información centralizada por los militares se sumó su capacidad de reprimir a la disidencia, provocando censura y autocensura. Desde estos organismos provenían las órdenes y prohibiciones de “cuestionar la información proporcionada oficialmente”, al igual que los lemas que se repitieron profusamente en la prensa como: “no tenemos bajas”, “esta es la guerra de todos” o “estamos ganando” y, una vez aceptada la derrota, la supresión del término “rendición” para ser sustituido por “cese del fuego” o “firma de un acta para retirar las tropas” (Ulianovsky, 1997: 297).


En segundo lugar, la crisis económica que atravesaba el país afligía el escenario periodístico, por lo que, para muchos editores, el conflicto armado se presentó como una oportunidad para recuperarse financieramente. Por ello, la mayoría de los diarios y revistas participaron de manera irrestricta de los aires triunfalistas y no dudaron, -en pos de las ventas-, en engañar a la población, replicando las informaciones oficiales. Cuenta el editor de “Semanario” David Pliner que: “La editorial había dejado a los directores de cada publicación en libertad para hacer lo que más conviniera a los intereses de cada una, desde un estricto sentido del marketing. A partir de esa decisión “Semanario” (...) [hizo] del incendio de barcos en el laboratorio fotográfico, toda una especialidad.” (Ulianovsky, 1997: 300). Estas tácticas, poco apegadas a la ética, dieron sus frutos y lograron aumentar la venta de periódicos y revistas. La situación antes descrita queda patente en el estudio de Lucrecia Escudero quien demuestra que la información sobre la guerra ocupó el 90% del espacio en los semanarios de actualidad y entre el 57 y 60% de los diarios (Escudero: 1996).


En el presente artículo se analizará cómo la revista femenina Para Ti abordó este conflicto, pues se vio imbuida en la “fiebre noticiosa” sobre la guerra. En este sentido, queda claro cómo la publicación coadyuvó a los fines propagandísticos del régimen militar desde su particular trinchera. Para Ti propuso una lectura desde la perspectiva femenina tradicional de este conflicto, aunque la difusión que realizó de las noticias de la guerra fue tangencial a las acciones bélicas, ya que no trató de heridos, batallas ni triunfos. Como se verá a lo largo del texto, la guerra fue tamizada por la simbólica de género tradicional signado a las mujeres: la maternidad y el cuidado, más los aires nacionalistas que se intentaron imprimir desde la junta militar.

Para Ti en el contexto dictatorial argentino


Las revistas femeninas han sido un medio de comunicación poco utilizado por las investigaciones de corte histórico, ya que la historiografía tradicional ha encarado el estudio de la prensa periódica como elemento constructor del espacio público. En este sentido, la naturaleza centrada en los quehaceres del espacio privado de las revistas femeninas, ha incitado a la minusvaloración del documento. Sin embargo, las críticas feministas y la teorización de género han permitido relevar este documento (Perrot, 2008). De hecho, alejándose de esa subvaloración, se ha propuesto que las revistas femeninas codifican la ideología dominante, colaborando en la construcción y transmisión de un modelo de mujer, mediatizan los cambios sociales y los acercan al espacio del cotidiano. Además, como argumenta Juana Gallego, son herramientas de sometimiento de las mujeres a la división de esferas sociales, ya que las representan en los espacios cotidianos y hogareños, siendo este medio una herramienta más de la legitimación y naturalización de tal orden social (Gallego, 1990: 20).

Las revistas femeninas tienen particularidades que las diferencian de la prensa periódica, además de los temas que se tratan en ellas. Son publicadas en intervalos de tiempos regulares, por lo que no actúan directamente con la actualidad y utilizan elementos singulares para generar atracción, jugando en ellas un papel importante la publicidad (Menéndez, 2009: 280). Además, las revistas femeninas no suelen descartarse diariamente como el periódico, circulando por más tiempo. Para Alejandra Roca esta “atemporalidad” permite la naturalización del “mundo femenino” (Roca, 2003: 144). Gallego suma a esta descripción el que se conecta con sus interlocutoras desde un lenguaje intimista, directo y personal que considera a la lectora como un individuo aislado del resto de las mujeres, sin conexión con otras, eliminando así los lazos de solidaridad de género (Gallego, 1990: 54). Esta estrategia escritural genera un espacio de participación virtual de las mujeres en el espacio público desde la individuación y la atomización social.
 
Como decíamos, durante la dictadura, la prensa en Argentina se vio sometida a una estricta censura. La junta militar creó una agencia denominada “Servicio Gratuito de Lectura Previa”, que entregaba listas con los temas sobre los que estaba prohibido opinar; además, existían interventores en cada medio. Por otra parte, la censura y la violenta represión que vivieron los periodistas estimularon prácticas de autocensura, tal vez, mucho más perjudiciales que la censura y que patentizaron el miedo instalado en la sociedad. Los periódicos que continuaron en circulación tuvieron vetado referirse al gobierno en términos políticos, aunque sí tuvieron la posibilidad de criticarlo desde la perspectiva económica, lo que distendía un poco el ambiente de censura (Gregorich, 1988: 113). Asimismo, desde la Junta fueron emanados los “16 principios y procedimientos” que venían a dirigir los contenidos de la prensa en general. A esta censura ideológica se sumó un cambio económico. La liberalización del mercado tuvo un impacto negativo en la industria cultural, ya que el desmantelamiento de los subsidios y de las medidas proteccionistas mermó la circulación de periódicos y revistas (Muraro, 1987). Al mismo tiempo, el gobierno dictatorial acometía la privatización de las empresas editoriales.


La censura también golpeó a las revistas femeninas, ya que los temas vedados no sólo estaban referidos a la política y las acciones del gobierno, sino que entre los “16 principios y procedimientos” había una impronta moral y de buenas costumbres, que impidió liberalizar los temas íntimos, retrotrayendo el papel de la mujer y sus espacios a los tradicionales.
La Editorial Atlántida de Buenos Aires (editora de revistas como Gente, Somos y Para Ti) tomó partido por el gobierno dictatorial desde su inicio. Para Ti comenzó a ser editada en 1922, bajo un carácter conservador defensor del papel femenino tradicional, impreso por el fundador de la Editorial Atlántida, Constancio Vigil. Se trató de la revista femenina con mayor circulación del período, tenía un tiraje de 150.000 ejemplares, mientras que otras revistas femeninas como Vosotras tuvo cerca de 100.000 y Claudia, menos de 100.000 ejemplares; por lo que su apoyo a la dictadura es significativo. Materialmente, se trata de una revista impresa en papel brillante (la mayoría de las veces), a color, con entre 70 y 100 páginas y un tamaño de 28 x 21 cms. Durante el período comprendido entre 1976 y 1983, los temas principales que trató la revistas estaban vinculados, en primer lugar, a la mujer individuada, al cuidado del cuerpo, la belleza, moda y dietas. El segundo lugar de contenidos lo ocupan la familia, la maternidad y el matrimonio. Otra parte importante de la publicación estuvo enfocada en la cultura y espectáculos y los llamados “chimentos” especie de farándula internacional.


Como ya dijimos, el apoyo irrestricto de Para Ti a la guerra y el tono de las noticias allí trasmitidas estuvo estrechamente relacionado con la propia prestancia de la Editorial Atlántida para con la dictadura, situación que en Para Ti significó abordar temas desde una densidad política desconocida para la publicación y que demostraban: “su incondicional apoyo al régimen militar a partir de marzo de 1976” (Margulis, 2007: 10).


En este sentido, la revista femenina Para Ti actuó de manera propagandística para con las informaciones del conflicto bélico, mientras este duró, ya que las informaciones allí transmitidas persiguieron un fin político y las estrategias de transmisión de las mismas buscaban dirigir la opinión de las lectoras hacia el apoyo a la junta en su cruzada contra Reino Unido. Para ello, no sólo se apoyó en textos escritos desde una perspectiva genérica mostrando la cotidianidad de los combatientes y otros temas referidos a la maternidad y el cuidado, sino que hizo uso de las fotografías y montajes fotográficos para sensibilizar e inocular lecturas sobre el conflicto armado. Como dice Jean-Marie Domenach una de las estrategias de la propaganda es utilizar imágenes, ya que permiten una rápida recepción puede hasta reemplazar cualquier texto o discurso (Domenach, 1968).

La función de Para Ti durante la dictadura


Durante la dictadura la revista Para Ti funcionó concomitante al proyecto de reorganización nacional de la dictadura, sumándose activamente, por ejemplo, a la organización en contra de la campaña antiargentina, integrando temas relativos a la doctrina de seguridad nacional y en el caso de la guerra de las Malvinas, haciéndose parte del dictatorial. Si bien, la dictadura no tuvo un discurso específico sobre la mujer ni organizaciones estatales que lo crearan, el ideario de género desplegado por la dictadura se centró especialmente en la familia entendida como pilar de la sociedad y continuadora de los valores occidentales, y, por lo mismo, como espacio privilegiado de lucha contra la subversión, el que a su vez se sumó al discurso de la Doctrina de Seguridad Nacional. Así, las mujeres fueron convertidas en parte del aparato militar y secuaces de la lucha contra la subversión. (Bravo, 2003: 118)


El análisis se realizó a partir de una muestra de dos revistas mensuales publicadas entre abril y julio de 1982. Como vemos en la tabla que sigue, los primeros meses son álgidos en la cobertura dada al acontecimiento, siendo los meses de abril y mayo, el punto crítico del conflicto. Como vemos, por los títulos de los artículos aparecidos, se habla directamente a la mujer y se exponen opiniones personales sobre la guerra; aquí, la mujer se presenta en relación con su posición respecto a un varón, se trata de madres, esposas o hijas, todos estos roles teñidos de pacifismo. Asimismo, la cotidianidad permea el conflicto y varios artículos están dedicados a rescatar la vida de las Islas Malvinas y de los territorios cercanos para retratar cómo se vive el conflicto día a día. Por último, hay una amplia cobertura a mujeres que participan de la guerra como militares o políticos, lo que permite crear personajes protagonistas y enemigos, especialmente, Margaret Thatcher.


Tabla 1.
Noticias aparecidas sobre la guerra en Para Ti, entre los meses de abril y junio de 1982 (Tabla de elaboración propia).

Título artículo

Fecha revista

Portada: Malvinas: la mujer, protagonista clave

19 -04-1982

La paz también está en sus manos

 

Estas son las dos posturas más definidas que asumió la mujer argentina luego de la recuperación de las Malvinas. Seguramente una de ellas, o la combinación de ambas, sea su propia opinión. Analícelas y medite:
“Yo estoy orgullosa”
“Yo estoy preocupada”

“Las que esperan” / “Las que lloran” / “Las que opinan”

“Las 10 verdades que usted debe conocer”

Esto dicen los británicos

“Las que se enfrentan...”

“Ya las recuperamos ¿Y ahora qué hacemos?”

¿Y esto? /Quiero paz en las Malvinas / El dolor de la partida / En Comodoro, preparativos y calma

“Un conflicto, tres familias, toda la esperanza”

“Nací en las Malvinas, me llamo Soledad… y soy argentina”

Portada: Malvinas su gente, sus costumbres. La familia, la mujer, el amor

26-04- 1982

“Documento Para Ti: La intimidad de las Malvinas”
El lugar: Vivir en soledad / Sus casas: Calidez, confort, compañía / La ciudad: Así de simple, así de hermosa / Las costumbres: Formales… pero muy alegres / La fe: 1800 personas y 11 credos / El casamiento: La fiesta más esperada / La cultura: Poca y para pocos

 

“Detrás de estos hombres, estas mujeres:
Silenciosas, tratando de pasar inadvertidas, acompañando a los hombres que no solo negocian el futuro de las Malvinas, sino que la posibilidad de la paz o la guerra. Hay tres mujeres…

Detrás de esta mujer, este hombre: Denis Thatcher

Comodoro Rivadavia: Vivir en paz… listos para la guerra

Portada: La mujer argentina en pie de guerra

3 -05- 1982

“Por la paz”

 

“Las madres, las esposas, sus hijos, sus hombres”

“Quiero la paz a cualquier precio

“Quiero la paz solo con honor”

“Claudio era un soldado huérfano, ahora es mi hijo”

¿Y esto?: / Torta Malvinas argentinas / Así mienten en el exterior / Madrinas para soldados

Una inglesa enemiga de la Thatcher

Cómo le hablo a mi hijo de la guerra

 

Comodoro de Rivadavia. Las horas más difíciles

 

24 -05-1982

Pese a todo... por la paz

 

Volvieron de las Georgias: “Fuimos prisioneros de los ingleses”

¿Y esto? / Ingleses contra la guerra / Así actúan los británicos / La reina y Carlos vs Thatcher

Bautismo de fuego: Una mujer en el frente / Silvina Bullrich: aclaraciones y nuevas opiniones

Robert Potash: Inglaterra cometió un grave error

Miércoles 19 de mayo: Las actrices desfilan por la patria

Comodoro Rivadavia: La guerra, según los chicos

Portada: Las 32 horas de Juan Pablo II en la Argentina

14 -06-1982

Juan Pablo II: Vino y nos comprometió con la paz
Papamóvil: el vehículo de la esperanza / En el balcón y sin protocolo / Al pie de la virgen / Con su pueblo, con sus pastores / A cada paso, un gesto de amor / El compromiso de la iglesia / Peregrino de la paz

 

Esperando el gran día

Portada
Reclame con este ejemplar el Libro de primeros auxilios y sepa qué hacer ante cualquier emergencia

21 -06- 1982

La hora del coraje

 

Dimos a un hijo ahora exigimos una república en serio

Documento gráfico: Este país, esta fe, este ejemplo

Cómo aliviar la tensión de la guerra

Elementos de la cobertura de la guerra: la maternidad y el cuidado


Las informaciones sobre la recuperación de las Islas divulgadas en Buenos Aires el 2 de abril cumplieron su cometido y despertaron en la población argentina ánimos de unidad nacional (Torres y Riz, 1991: 135). Inmediatamente, la prensa se hizo partícipe del triunfalismo que reinaba en el país; Para Ti no fue ajena y también celebró la hazaña militar. En su editorial del 12 de abril de 1982 titulada: “Un minuto de silencio, de reflexión” el comité editorial se comprometía con las acciones militares. Las imágenes que acompañaron este texto marcan inmediatamente las estrategias por las cuales esta publicación se aproximaría al conflicto: a) la idea de la unidad nacional y b) el uso de la maternidad como idea fuerza y tamiz del discurso sobre la guerra.


Esta editorial fue acompañada por dos imágenes. La primera fotografía (Fotografía 1) está totalmente descontextualizada, sin pancartas legibles; en ella, la euforia de los hombres manifestándose -sólo hombres aparecen en este momento “histórico”- se entiende al leer el texto escrito. Se trata de la celebración que se produjo en la Plaza de Mayo una vez conocida la noticia de la “reconquista” de las Malvinas. La Plaza de Mayo es el espacio que desde 1977 había sido utilizado por las Madres de Plaza de Mayo para manifestarse contra la dictadura y el que sólo cuatro días antes, el 30 de marzo, había sido escenario de protestas sindicales en contra del gobierno bajo la consigna “Paz, pan y trabajo”. A la vez, esta misma imagen rememoraba otro gran triunfo de la Argentina dictatorial: la victoria en el mundial de fútbol de 1978. Así, esta fotografía representa la re-apropiación de un simbólico espacio -la Plaza de Mayo- reconocido lugar de protesta y, también, nos demuestra la efectividad del espectáculo de la recuperación de las Islas en su misión de aunar a los habitantes del país para recomponer un sistema y apoyo, ya resquebrajado.  


Fotografía 1: Un minuto de silencio, de reflexión. Para Ti, 12-04-1982, p. 3


La segunda imagen que acompañó esta editorial (Fotografía. 2), da cuenta de la segunda estrategia utilizada, la integración simbólica de la mujer al escenario bélico a través de la figura materna. En la imagen aparece una madre con su hija acongojada por la partida del padre a la guerra; la mujer funciona aquí como símbolo de unidad y pilar de la familia, metafórica madre de la nación, reproductora y cuidadora y dispuesta a sacrificar por la patria-(padre) a sus hijos. El plano tampoco permite situar la fotografía en un contexto más amplio. Así, ambas imágenes nos llevan desde la euforia a la unidad nacional y nos recuerdan el sacrificio familiar que tendrá dicha reconquista.
En este sentido, queda patente que el papel de madre y la maternidad fue un espacio simbólico de disputa durante la dictadura. Por un lado, actuaba como pivote del discurso oficialista en su vertiente más conservadora, relativo a la reproducción y el sacrificio; mientras que, por el otro, fue uno de los aspectos de la identidad femenina a partir del cual se articuló la lucha por la defensa de los derechos humanos. (Bianchi, 2008)


Fotografía 2: Un minuto de silencio, de reflexión. Para Ti, 12-04-1982, p. 3


Dado el apoyo constante de Para Ti a la dictadura y honrando el papel divulgador del modelo de mujer ideal que había realizado desde 1976, es que la guerra comenzó a ser leída en la clave oficialista. La primera semana después de la recuperación, los militares decidieron llevar a un grupo de periodistas a las Islas para que documentaran la victoria argentina. En este grupo, que pudo estar sólo 2 horas en Puerto Argentino (antes Stanley), participó una periodista de Para Ti quien elaboró un fotorreportaje sobre la vida de los ingleses colonos.


Las fotografías acompañaron las entrevistas a las mujeres habitantes, con las que conversaron sobre su vida lejos de su país y sus planes a futuro. Estas entrevistas nos hablan de mujeres que anteponen a todo, su condición de madres, incluso a su nacionalidad, sólo piden que la decisión de la pertenencia de las Islas se realice en paz. Dice una de ellas: “(...) entiéndame, como madre, yo lo único que quiero y espero es que no haya conflicto armado. Que todo se solucione pacíficamente.” (Para Ti, 1982a: 17) Y que se asegure el bienestar de sus hijos: “Me quedaría si me dan la completa seguridad de que habrá paz, de que mis hijos se educarán, crecerán sin violencia. Pero ahora estoy confundida” (Para Ti, 1982a: 15).


Las imágenes que acompañan este fotorreportaje son variadas: muestran la ciudad, los lugares de reunión, sus costumbres religiosas y también entran en el mundo privado. La fotografía 3 se nos muestra como una antítesis de la guerra/destrucción, representando a una madre con su hijo recién nacido, significado como esperanza y renovación. Lo que se trata de mostrar es que las mujeres inglesas de Malvinas no son muy diferentes a las mujeres argentinas, existe un hilo natural que las acerca: la maternidad. Estas mujeres no son el enemigo, sino víctimas de la guerra.

Fotografía 3: Pase lo que pase, me quedaré. Para Ti, 12 – 04 - 1982. p. 15


El número siguiente de la revista se centró de lleno en el papel que las mujeres debían cumplir para con la patria. Se da comienzo a una campaña titulada “Guerra de las Malvinas: la mujer protagonista” (Fotografía 4) desde la que se insta a las mujeres a participar del conflicto desde el espacio privado.


Fotografía 4: “Guerra de las Malvinas: la mujer protagonista”, Para Ti, 19 – 04 - 1982.


La primera acción que podían realizar iba de la mano de la aparición de tarjetas postales llamadas “Tarjetas de la paz”, venían cuatro por edición y estaban diseñadas para ser enviadas, una a la Primer Ministro británica Margaret Thatcher, otra era para el secretario general de Naciones Unidas, una para un malvinense y una cuarta para un ciudadano inglés; la revista azuza a las mujeres a enviarlas porque:


 En cada una de ellas se explican nuestras razones, nuestros derechos, nuestra postura [...] Se prueba nuestra soberanía sobre el archipiélago y se manifiestan nuestros deseos de paz en relación al conflicto que tuvimos por las islas Malvinas. Estamos convencidas de que es fundamental hacer conocer nuestras verdades. Y que esas verdades estén informadas por ciudadanas argentinas. Es una de las mejores formas de contribuir a la solución pacífica de la crisis: esclareciendo. Y usted puede sumar su acción, ser protagonista de esta circunstancia difícil [...] Envíe las cuatro tarjetas [...] Envíelas: la paz necesita su aporte. Y hoy, más que nunca, alcanzarla también está en sus manos (Para Ti, 1982b: 3).


La portada que acompaña el inicio de esta campaña es elocuente (Fotografía 5). La imagen central no es más que una alegoría a la maternidad y a la paz, -valor considerado por la revista condición natural y esencial de la mujer-, en ella podemos ver a una mujer que abraza a su hijo militar que posiblemente va a la guerra; vestida de blanco -el color simbólico de la paz, pero también el color de utilizado por las Madres de la Plaza de Mayo en sus pañuelos-, mira hacia el cielo con cara de aflicción; lo que no podemos dejar de notar es que esta mujer de clase media alta representa más a la lectora objetivo de la revista que a la mujer de “pueblo”, imagen que puede ser elitista, pero también puede ser leída como un modelo aspiracional.


Fotografía 5: Portada Para Ti, 19 – 04 - 1982


En este número y en los siguientes, las fotografías utilizadas nos hablan de cómo se vive la guerra puertas adentro, qué viven las familias de los combatientes y de los fallecidos. Además, se entrevista a mujeres que tienen diferentes posiciones frente al conflicto, artículos testimoniales titulados “Yo estoy orgullosa; Yo estoy preocupada”; “Las que esperan, las que lloran, las que opinan” son la tónica. Las mujeres entrevistadas se fotografían en sus casas y muestran sus efectos personales, lo que les dejaron sus hijos fallecidos, las cartas que les enviaron, etc. Estas fotografías son la huella de la persona -del hijo que está o estuvo en guerra-, humaniza a estos militares, los convierte en un ejemplo para la sociedad y, sobre todo, volviendo a la retórica de la juventud proclive a la subversión, sirven como una herramienta, emocional y nacionalista, que exalta el camino correcto de compromiso patriótico. Las madres hacen eco de este pensamiento y no culpan al Estado de la muerte de sus hijos, por el contrario, asevera una de ellas:


Cuando me preguntan si estoy de acuerdo con el operativo de recuperación, contesto que algún día tenía que suceder. Espero que lo que estamos sufriendo no sea en vano. Ahora, cuando estoy deprimida, aprieto con mi mano la chapa de identificación que Pedro usaba cuando lo mataron. Me la entregaron y la tengo en mi cadena, al lado de la cruz. Hace unos días leí un editorial de PARA TI donde decía: “Reconquistar las Malvinas es una decisión histórica, valiente, pero costosa... Y yo estoy totalmente de acuerdo con esto. A mí me costó un hijo (Para Ti, 1982b).


Más adelante, Para Ti nos acerca a la vida en Comodoro de Rivadavia, la localidad continental más cercana a las Malvinas, a través de un fotorreportaje. Allí se encuentran las únicas mujeres que efectivamente participaron del conflicto como militares, todas ellas eran enfermeras dedicadas al hospital de campaña. En la fotografía (Fotografía 6), una de ellas está terminando de ponerse el uniforme y la otra se arregla el peinado con un espejo de mano, situación que permite a la periodista escribir a pie de página, como frase de anclaje: “La coquetería: pertenecen al cuerpo de enfermeras aeronáuticas. Son las pocas mujeres que [...] lucen uniforme de combate. Llevan armas de guerra pero no por eso descuidan su aspecto.” (Para Ti, 1982c) Esta operación de describir y representar a las mujeres como sólo cuerpo, banalizando su accionar -aunque cumplan una profesión feminizada como es la enfermería- es un giro recurrente en la prensa, sobre todo en la prensa femenina, que filtra con un tamiz de feminidad patriarcal sus noticias.


Fotografía 6: Comodoro de Rivadavia. Vivir en paz... Listas para la guerra, 24 – 04- 1982


El comienzo del mes de mayo demostró el fracaso de la vía diplomática para solucionar la guerra, por lo que la portada de Para Ti se alejó de la figura maternal pacífica, titulándose: “En su hogar, en la calle, en el frente... La mujer argentina en pie de guerra”. De esta manera, si durante abril la mujer estaba llamada a preservar la paz, en mayo las mujeres debían usar activamente los espacios privados para participar del conflicto bélico. Ella debía zambullir a su familia en la idea de guerra: como administradora del hogar, debía entrar en la economía de guerra, no acaparar alimentos; debía seguir con su trabajo, si tenía uno, y lo más importante debía estar dispuesta a sacrificar sus hijos por la patria/padre. Así, como parte de esta participación activa se realizaron campañas como “madrinas de soldados” en la que mujeres voluntarias escribían a soldados sin familiares, también existían voluntarias que confeccionaban jerséis y frazadas, e incluso pedían donaciones para el Fondo Patriótico. En este mismo espíritu es que nacieron recetas como la “Torta Islas Malvinas” o consignas como “Rezar, otra manera de luchar”.


El sufrimiento, la resignación y el orgullo que mostraban las mujeres entrevistadas en estos números sirvieron para construir el modelo ideal de madre que redundaba en sacrificio. Así lo demuestran estas declaraciones:


Lo único que puedo darle a mi Patria son mis hijos. Y se los doy con dolor y orgullo. Pero quiero que el orgullo supere al dolor. Sentarme a llorar y dejarme deprimir sería egoísmo. Me siento tranquila porque estoy segura de que lo que están haciendo es lo correcto. [...] mi amor a la Patria me hace sentir que prefiero que mis hijos vuelvan muertos y envueltos en la bandera argentina antes que esa bandera sea arriada en las Malvinas (Para Ti, 1982d: 5).


Las imágenes que acompañaron estas entrevistas eran, como ya mencionábamos, fotografías de interiores hogareños, familias y efectos personales. Sin embargo, en esta etapa las fotografías no buscaban cumplir una labor documental de los hechos, sino que más bien, se construyeron fotomontajes que permitían asociar relatos y emociones. En el montaje que vemos (Fotografía 7) un soldado lee una carta al atardecer sentado sobre una roca a la orilla del mar, sabemos que aquel soldado no puede encontrarse en las Islas Malvinas porque no había periodistas en las Islas, sin embargo, el paisaje nos hace pensar que así es. La mujer de arriba, le habla a alguien de sus emociones, su mano está sobre su pecho, y probablemente no es la madre de ese militar. Ambas fotografías montadas nos dan la impresión de la existencia de una conexión, primero que son efectivamente madre e hijo y luego que pueden estar unidos a la distancia. El medio, la carta, el segundo montaje que vemos fue bastante usado (Fotografía 8), una madre escribiendo una carta a su hijo y como fondo, la carta escrita manuscrita por ella. ¿Qué lazo más cercano podríamos imaginar? y ¿qué más personal que la caligrafía de esa madre que habla sobre sus buenos deseos y sus esperanzas?

Fotografía 7: Para Ti, 10 de mayo 1982, s/n

Fotografía 8: Para Ti, 10 de mayo 1982, s/n

Paralela a esta retórica de la madre como símbolo, se debió construir un antagonista específico, que no podía ser el pueblo inglés en su conjunto ni sólo los militares británicos. Por ello, apoyada en la campaña de desprestigio y burla que se gestó contra Margaret Thatcher en el semanario Tal Cual, Para Ti la convirtió en la mujer que “no parece una mujer”. El semanario Tal Cual mencionaba: “que su marido la odiaba, que tenía un hijo drogadicto, que su abuelo había sido un ladrón y que ella era, ni más ni menos, la Dama de la Muerte” (Ulianovsky, 1997: 298). Al fracaso de Thatcher como madre y como esposa se sumaba su tendencia a la beligerancia, contradiciendo el modelo de mujer “natural” que defendía el discurso argentino dictatorial. En uno de los números de Para Ti opinaban de la inglesa, realizando el siguiente juicio:  


Nosotras [las mujeres] estamos esencialmente hechas para el amor, para la paz. Esa es nuestra primera vocación: es algo inherente a nosotras mismas. Y, sin embargo, esta señora parece ser completamente distinta. Nada tiene que ver su vocación política o su condición de primera ministro. Justamente, debería tratar de pasar a la historia gracias a una profunda pasión pacifista; es decir haciendo honor a su sexo. Otra característica muy distintiva de la mujer es su intuición, su sensibilidad para percibir los problemas y para encararlos. No hace falta explicar la torpeza con que la señora Thatcher ha manejado todo el conflicto de las Malvinas. La intuición, evidentemente, se la olvidó en el moisés. En una palabra, Margaret Thatcher se parece muy poco a una mujer, y precisamente por eso ha fallado (Para Ti, 1982e: 61).


Cuando el conflicto acabó con la rendición argentina el 14 de junio de 1982, el ambiente de triunfalismo que se había estado viviendo se desvaneció violentamente. El uso propagandístico de los medios, se desvaneció junto con el poder coercitivo de la dictadura y se abrió paso a las críticas al régimen, en especial, por los costos en vidas humanas de la guerra. El descontento social generado por la derrota, entre otros factores, permitió el anuncio del fin del proceso de reorganización y el compromiso de celebrar elecciones democráticas. En la tabla que sigue, vemos los artículos dedicados a tratar las consecuencias de la guerra. Un examen de los títulos nos permite apreciar el tono crítico que asume la publicación, sumándose a los aires de cambio democrático.


Tabla 2.
Artículos sobre la postguerra de las Malvinas. Para Ti, mes de julio de 1982 (Tabla de elaboración propia).

Título artículo

Fecha revista

 

5 -07- 1982

Yo acuso a Leopoldo Fortunato Galtieri
¿Cómo se informa sobre desaparecidos?

 

Ha muerto un soldado. Ha nacido un padre comprometido

A un año y medio de las elecciones: ¿estamos preparados para votar?

 

19 -07- 1982

¿Quién tiene la culpa?

 

Estos jóvenes pueden cambiar el país
Tienen entre 6 y 20 años. Jamás votaron pero ellos decidirán el resultado de las próximas elecciones ¿Están preparados?

¿Y esto?
¿Qué paso con los chocolates de los soldados?

Por lo mismo, la Guerra de las Malvinas se convirtió en el catalizador de la vuelta a la democracia. Todos los conflictos económicos, sociales y políticos que la disputa bélica logró opacar, emergieron con más fuerza porque desde todos los sectores sociales se exigió una transformación. En la imagen que sigue (Fotografía 9) una mujer llora, ya no son los hombres vitoreando el triunfo argentino al inicio de guerra, sino que es una mujer, símbolo de la maternidad, la que resiente la derrota; esta mujer llora los fallecidos y, por qué no, llora el fin de la dictadura. El texto que acompaña esta fotografía es claro, hay que volver a la democracia. Interpela la editorial a las mujeres:


A usted señora, sí a usted que fue a la Plaza de Mayo y lloró, o a usted que se quedó en su casa pero que también sintió el martes pasado que el mundo se le venía abajo y a todos los que han pasado del triunfalismo a la depresión, les pedimos que piensen en el país. [...] y en los jóvenes que dieron su vida por él. Ahí está nuestro compromiso. [...] Perdimos la batalla, ganemos el país. Trabajemos como nunca para que se restablezca la República [...] Pero la República en serio, la que desprecia la demagogia, la que se hace con esfuerzos y sacrificios, la que respeta la ley y la Constitución, la que exige ciudadanos y no súbditos (Para Ti, 1982f: 3).


Fotografía 9: “La hora del coraje”, Para Ti, 21 -06- 1982, p.3


Sorprende la rapidez de la transformación y también la impetuosidad con que la revista se hace eco de este llamado. Sin embargo, la línea conservadora que siempre caracterizó a la Editorial Atlántida no cambió, como tampoco se trastocó su apoyo a la dictadura, aunque, dado al ambiente de apertura y re-democratización, apareció más de un testimonio femenino que llamaba a dimitir al gobierno y que, adoptando la postura materna, culpaba a los militares por el fallecimiento de sus hijos. Como ejemplo, podemos citar el testimonio de una pareja de padres: “Dimos un hijo a la patria ahora exigimos una república en serio [...] En nombre de nuestro hijo, seremos custodios del pensamiento de los ciudadanos, de respeto a los derechos de todos, de la ley y de la moral” (Para Ti, 1982g; 5 y 8). En esos mismos números se denomina “desaparecidos” a aquellos soldados de los que aún no se sabe paradero, en un pequeño artículo llamado “¿Cómo se informa sobre los desaparecidos?”, una madre relata: “No sé nada de él desde que lo incorporaron [...] de mi hijo no tengo ninguna noticia. Me han dicho que tengo que esperar y que si saben algo nuevo me van a llamar. Es la segunda vez que vengo aquí y me voy sin nada” (Para Ti, 1982i: 77).


Este testimonio nos remite inmediatamente a la lucha y búsqueda que otras mujeres, madres de víctimas de los militares, estaban realizando desde años atrás. A estos familiares de detenidos y desaparecidos, dado el lenguaje democrático que impregnaba la sociedad, se les dio un espacio en Para Ti donde se publicó una carta enviada por “Familiares de desaparecidos de San Juan” quienes reclamaban empatía y sensibilidad con su situación e intentaban construir un símil entre las madres que perdieron a sus hijos en las Malvinas con las madres que perdieron a sus hijos tras el Golpe de Estado. Escriben estas madres:


Ahora usted y todos los padres que viven en esta angustia nos comprenderán. Nosotros llevamos ya mucho tiempo de intenso dolor y humillaciones, pues nadie hasta el momento ha tenido el valor de explicar la verdad de los hechos [...] Nosotras somos madres como usted señora; nuestros hijos no se enfrentaron en una guerra, como la llaman “guerra interna”; los nuestros fueron retirados en forma violenta uno a uno de sus respectivos domicilios, lugares de escuela o de trabajo. Usted sabe que luchó y murió, nosotros no. No sabemos nada pues estamos peor que usted. [...] Ahora, estimada señora, que sabe un poquito de nosotros, ruegue por todos, pues lo necesitamos” (Para Ti, 1982j: s/n).  
La apertura demostrada al publicar una carta aludiendo a los detenidos desaparecidos de la dictadura, sólo se entiende por la respuesta dada por la redacción de la revista, que diferencia la naturaleza de la desaparición de los jóvenes. Así, si bien en Para Ti consideraban que era momento de empezar con otro régimen político, continuaba impregnada de la retórica dictatorial y el instaurado mecanismo de la sospecha les servía para continuar justificando la violencia y las muertes sucedidas durante la dictadura.  Contesta la redacción a esta carta: “Tal vez, él era inocente, murió sólo por pensar distinto. Usted sabe más que nosotros. […] No queremos justificar sus muertes, pero si queremos acordarnos que muchos eligieron el camino de la violencia para expresar su disidencia” (Para Ti, 1982j: s/n).


Conclusiones


Como conclusiones podemos reflexionar sobre los medios de comunicación y su función articuladora en contextos como el referido aquí, con unos medios de comunicación que están cruzados por múltiples problemáticas, intereses y límites; y que dialogan con la sociedad a través de un código propio, como las revistas femeninas. Aquí, Para Ti colabora en la construcción de representaciones heteronormativas, haciéndose eco de un orden patriarcal (exacerbado por la ideología militar de la disciplina y jerarquía) y de una construcción del género que integró ideologías de los emergentes grupos dominantes. Por otra parte, y es lo más interesante, es que entra en la disputa por los símbolos “propios” de las mujeres, intentando apropiarse o participar de la identidad de las mujeres a través del uso de la maternidad que, como vimos, actuó como columna vertebral de los discursos oficialistas y contra-oficialistas durante y después de la Guerra de las Malvinas.


La dictadura había construido un discurso conservador y católico que sumaba a este papel tradicional la labor esencial de combatir la subversión, instrumentalizando el papel de la mujer en la sociedad y con ello, haciéndola formar parte de su propio aparato de dominación y guerra. Pero, por otro lado, tenemos a unas mujeres que también afirmadas en este mismo símbolo van a desestimar aquella construcción oficialista y re-apropiándose de esa identidad y utilizándola como única arma la convirtieron, de ser un papel tradicional de la mujer en la sociedad en una posición política desde la que oponerse y desafiar al gobierno militar.


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Para Ti (1982a). Pase lo que pase, me quedaré. 12 de abril.

Para Ti (1982b). La paz también está en sus manos. 19 de abril.

Para Ti (1982c). Comodoro de Rivadavia. Vivir en paz... Listas para la guerra. 24 de abril.

Para Ti (1982d). Las madres, las esposas sus hijos sus hombres. 3 de mayo.

Para Ti (1982e). Una inglesa enemiga de la Thatcher. 3 de mayo.

Para Ti (1982f). La hora del coraje. 21 de junio.

Para Ti (1982g). Dimos un hijo a la patria, ahora exigimos una república en serio. 21 de junio

Para Ti (1982i). ¿Cómo se informa sobre los desaparecidos? 5 de julio.

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