Vol. 2,
N° 22 (II Semestre 2015) – Reseñas
Págs. 162-169
Facultad
de Ciencias Sociales, Universidad de Playa Ancha
Valparaíso,
Chile | e-ISSN 0718-4018 http://www.revistafaro.cl
Geopolítica de la Amazonía. Reflexiones en clave académica con objetivos
de trinchera[1]
Juan Pablo Vásquez Bustamante[2].
Doctorando en Estudios Americanos, Universidad de Santiago de Chile.
Ficha
García Linera, álvaro (2012); Geopolítica de la
Amazonía. Poder hacendal patrimonial y acumulación capitalista. Vicepresidencia
del Estado Plurinacional. Presidencia de la Asamblea Legislativa Plurinacional,
La Paz/Bolivia: 112 pp.
La vida pública de Álvaro García Linera transita por un
terreno mestizo donde se funden la militancia y la trayectoria académica,
vinculada, primero a las matemáticas, y posteriormente a las ciencias sociales.
Sin embargo, es preciso tener claro que este mestizaje no es
simétrico ni en partes iguales, en él, la militancia ejerce un rol de amo,
mientras la academia asume su papel de siervo. La obra aquí reseñada es una fiel
expresión de aquello. Al leer Geopolítica de la Amazonía, es factible
identificar el rigor del matemático, el sociólogo y el teórico marxista, bajo
los objetivos del militante y Vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia.
Lo que el autor busca es construir y ofrecer un marco
explicativo para una coyuntura de conflictividad política que atraviesa su país
y que tiene en un extremo al Gobierno. Y con esa explicación, combatir en el
campo de las ideas a sus opositores y atraer hacia su posición a un sector de
la intelectualidad de izquierda que empieza a analizar críticamente el rol del
ejecutivo en un conflicto que lo ve enfrentado, no a sectores tradicionales de
la oposición, si no a presumibles aliados.
Durante el segundo periodo de Evo Morales como presidente, el
gobierno anunció la construcción de una carretera de más de 300 kilómetros que
uniría los departamentos de Beni y Cochabamba. Esta obra vial constaría de tres
tramos, de los cuales, el segundo de ellos atravesaría el Territorio Indígena
Parque Nacional Isiboro-Secure (TIPNIS), plena Amazonía boliviana. Este
proyecto generó una fuerte oposición entre grupos que acusaban el importante
daño ambiental que provocaría en una zona de alto valor ecosistémico,
considerada como pulmón del planeta, las consecuencias negativas que traería para
la vida de las comunidades indígenas que habitan en su interior, y que sus
objetivos respondían al plan de infraestructura regional IIRSA, donde el
principal beneficiado sería Brasil.
Los principales opositores a este proyecto, y protagonistas
de la conflictividad generada con el Gobierno, fueron organizaciones del
movimiento indígena y organismos ecologistas, coyuntura problemática que motivó
un fuerte debate entre sectores de la izquierda boliviana y latinoamericana,
entre los cuales algunos mantuvieron su apoyo al Gobierno, otros se plantearon
críticos ante esta situación, y una parte, que inicialmente se contaba como
aliados, protagonizan una fractura y se plantean opuestos, no solamente a la
carretera, si no que al proyecto político y al curso general tomado por el
Gobierno.
Ante esta situación conflictiva, García Linera parece
plantearse dos objetivos: primero, establecer una respuesta explicativa con
elementos de las ciencias sociales; y, segundo, ordenar filas entre la
intelectualidad de izquierda tras el proyecto político donde él es uno de sus
líderes. Para aquello, utiliza un marco analítico y teórico donde establece un
diálogo entre Lenin y Mao.
Del primero de ellos, el autor toma la tesis de que cada
proceso revolucionario provoca una contra revolución a la que debe enfrentarse.
Esta contraofensiva, protagonizada por los enemigos del proceso de cambio,
quienes luego de una ola revolucionaria se reagrupan, organizan y protagonizan
esta reacción, genera la necesidad en el proceso revolucionario de defenderse y
avanzar en función de lograr consolidarse, influjo ante el cual, se genera una
nueva reacción contrarevolucionaria, frente a la cual nuevamente el campo
revolucionario se defiende y avanza, continuando este proceso progresivo y a
través de él consolidando la revolución.
A continuación, el autor cita al líder de la revolución china
para establecer que pueden distinguirse dos modalidades reaccionarias. Por una
parte, una en la que las clases dominantes actúan utilizando consignas, personalidades
y formas de organización propias. Y otra, donde estos sectores actúan
indirectamente, pues, la contradicción se da dentro del campo popular, en el
cual un sector opera funcionalmente a las fuerzas conservadoras, complejizando
las posibilidades de respuesta del campo revolucionario.
Es en este marco teórico, que el Vicepresidente de Bolivia
establece la situación problemática que enfrenta su gobierno. Es decir, una
oleada contrarevolucionaria – necesaria para avanzar y consolidar el
proceso, y que se manifiesta como contradicciones internas.
Para desarrollar y argumentar esta tesis, el autor ofrece
siete elementos fundamentales y articulados entre ellos. Primero, el proceso
encabezado por Evo Morales es una revolución político – cultural y
económica, que modificó la naturaleza social y la estructura orgánica del
Estado, consagrando los derechos de los pueblos indígenas, hecha de la mano de
movimientos sociales del mundo indígena-popular, y que en pocos años modificó
la estructura de propiedad de la riqueza boliviana.
Un segundo elemento es la excepcionalidad de la Amazonía
boliviana. En primer lugar, por sus características y valor ambiental, lo que
explica en parte la importancia geopolítica y el interés desde diversos
rincones del mundo en esta zona. En segundo lugar, la relación de esta región
con el resto del país. Para García Linera, a lo largo de la historia
republicana, el Estado no ha tenido la capacidad de ejercer realmente su soberanía
sobre este territorio.
Articulado con lo anterior, emerge un tercer elemento. Pues,
ese vacío de poder dejado por el Estado, ha sido tradicionalmente ocupado por
una elite empresarial - hacendal, ganadera y extractora de goma y madera. Una
burguesía regional que controla el flujo de las relaciones comerciales y
económicas dentro de la región y hacia el exterior, beneficiándose de una
asimetría en la que se han apropiado de la renta de la tierra, comprando
recursos dentro de la región y vendiéndolos en su exterior a un precio varias
veces más elevado, y pagando por la fuerza de trabajo, ejercida principalmente
por indígenas, a un nivel por debajo de lo necesario para la reposición de las
condiciones de vida. El autor presenta al Estado tradicional en Bolivia, como
una prolongación de estas familias que ejercen lo que él denomina como poder
patrimonial hacendal.
En cuarto lugar, García Linera completa el cuadro de lo que
denomina como "Arco de poder y dominación amazónica". Para el autor, el poder
en esta región, además de los actores recientemente descritos, es ejercido por
empresas extranjeras, gobiernos de los países capitalistas más desarrollados y
un conjunto de Organizaciones no Gubernamentales que operan en la Amazonía.
En quinto lugar, el autor incorpora el concepto de "plusvalía
medioambiental extraterritorial", el que articula en torno suyo a estos tres
tipos de actores. Por una parte, las empresas trasnacionales operan en
distintos lugares del planeta con sus mecanismos productivos tradicionales, los
cuales tienen efectos depredadores para el ecosistema y sus procesos de
reproducción. Mientras simultáneamente, se vinculan con organismos
ambientalistas, y aparecen "protegiendo" determinadas áreas de zonas boscosas
como la Amazonía, a cambio de "bonos de carbono" y exención de impuestos. Con
lo cual, elevan su tasa de ganancia y eluden la responsabilidad de invertir en técnicas
de producción menos dañinas para el medio ambiente. Es decir, mientras en un
lugar del mundo contaminan y depredan, en el otro financian proyectos de
conservación ambiental que les permiten obtener compensaciones económicas,
rebajas impositivas y otros mecanismos de acumulación "ambiental
extraterritorial".
De la misma forma, gobiernos de los países más desarrollados
se hacen parte de estos mecanismos utilizando un discurso ambiental. Por una
parte, financian y promueven proyectos de conservación, mientras en realidad
están ejerciendo control sobre zonas con una alta concentración de diversidad
biológica. Al controlar espacios de la región amazónica, empresas y gobiernos
cuentan con un enorme reservorio de recursos naturales como petróleo, uranio,
oro, bienes estratégicos como el agua o el aire, y material genético para la
industria de la biotecnología, sin tener que pagar impuestos o patentes.
En este contexto, emerge un nuevo tipo de actor en la región
amazónica boliviana. Las ONGs, principalmente ecologistas, las cuales han
logrado establecer, al decir del autor, una dinámica de relaciones clientelares
con la dirigencia indígena. Para García Linera, estos organismos profundizan
las relaciones de dominación y acumulación capitalista, a través de su cruzada
ecologista financiada por empresas y gobiernos de países capitalistas
desarrollados, defensora de la preservación y conservación ambiental, y
opositora de la presencia del Estado en los bosques y llanos amazónicos.
De esta manera, el poder y control de la región amazónica
boliviana, no ha estado ni en manos de los pueblos indígenas ni del Estado, sino
que, por una parte, de una elite hacendal empresarial, y de otra, de empresas
trasnacionales y gobiernos que están en la búsqueda de acumulación a través del
cuidado y conservación de bosques amazónicos y el control de su biodiversidad y
bienes naturales estratégicos.
En sexto lugar, para el autor, el Gobierno de Evo Morales ha
buscado desmontar ese poder hacendal patrimonial y de acumulación capitalista, y
ejercer la soberanía del Estado llevando hasta esa región del país el proceso
revolucionario que encabeza. Es decir, establecer el control estatal sobre una
región geopolíticamente estratégica de su país y terminar con la dominación
ejercida sobre ese territorio y esas comunidades por parte de la elite
hacendal, empresas trasnacionales y gobiernos extranjeros.
Séptimo, en esta disputa, las organizaciones ecologistas,
grupos indigenistas y sectores de izquierda que se oponen a la construcción de
la carretera y que han entrado en conflicto con el Gobierno a partir de esta
coyuntura de conflictividad, operan funcionalmente a aquellos mecanismos de
dominación y de acumulación capitalista.
La obra aquí reseñada se divide en once partes, en la primera
de las cuales el autor establece sus premisas iniciales, su marco teórico y su
tesis central, y en las diez siguientes desarrolla la argumentación con la cual
busca reafirmar lo planteado inicialmente, estableciendo por algunos pasajes
una descripción de lo que él plantea como relaciones de dominación en
territorio amazónico boliviano, que incluye: imágenes, fotografías y mapas de
las zonas en cuestión.
En síntesis, esta obra trata principalmente de tres grandes
problemáticas: el proceso político en curso llevado adelante en Bolivia y
liderado por Evo Morales; las disputas por ambiente, desarrollo y soberanía
expresadas en el debate ambiental; y la conflictividad política generada dentro
del campo de la izquierda latinoamericana entre gobiernos denominados
progresistas o posneoliberales, y sectores que protagonizaron una fractura y se
ubicaron como una oposición de izquierda a estos proyectos.
Al leer esta obra, es preciso tener presente que su autor se
constituye en parte de la conflictividad analizada. García Linera escribe desde
la parcialidad, está intentando convencer al lector, seducirlo al respecto de
su proyecto político, principalmente a aquella intelectualidad de izquierda que
empieza a hacerse preguntas al respecto de lo problemático de esta situación.
Esta característica presenta una oportunidad, una debilidad y
un desafío. Oportunidad, pues el autor del texto se constituye en fuente de
primer orden con un privilegiado acceso a información. Debilidad, pues el autor
parece omitir contradicciones o errores de su gobierno. Si bien asume la
limitación obvia de ser parte de un proceso que no tiene la capacidad de
provocar transformaciones globales a partir de sí mismo, no propone pasos en
falso ni un cuestionamiento constructivo al accionar del proyecto donde él es
uno de sus referentes.
Y desafío, pues se trata de un texto en clave académica y con
objetivos políticos contingentes. Por lo tanto, al leerlo es preciso
desarrollar un permanente ejercicio de decodificación. Si se mira con una lupa
crítica, el texto es un valioso testimonio de un protagonista de los procesos
políticos que se están desarrollando en América Latina, en un escenario
geopolítico estratégico.
[1] Esta reseña es producto del proyecto
Fondecyt N° 1150569 "Perspectivas
Latinoamericanas en el Debate Ambiental Mundial entre 1992 y 2012. Los casos de
Chile, Ecuador y Brasil. Un estudio de historia de las ideas políticas del
tiempo presente en el espacio de la política mundial e internacional".
[2] Coinvestigador Proyecto Fondecyt N°1150569 y Magíster
en Estudios Internacionales por el Instituto de Estudios Avanzados de la
Universidad de Santiago de Chile.